Todavía no es mañana
pero ya sé
que mi rostro no será el último,
ni yo seré el único
con que abraces lugares que
no aparecen en los mapas.
Y aunque la noche sabe de mi deseo
y el insomnio destierra las formas pretéritas
de conjugar
el verbo amar;
las coordenadas que la mirada traza
en el techo o en las paredes
no perfilan las cartografías de
las ciudades que
imaginamos juntos.
No pasa nada,
aunque duela.
Todavía no es mañana
y tu brazo reposa sobre mi pecho
como si todo fuera posible
aunque ya no lo sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario