viernes, 21 de diciembre de 2018

Septiembre


Huele a gasolina urgente,
que hay que volver deprisa
aunque sea para llegar
ya por siempre
demasiado tarde.


Huele a abrazo y beso,
a mirada cómplice,
a palabras huecas
a silencios que adelantan
ese otro silencio.


Huele a imágenes repetidas,
a memoria que retoma
en la noche de los días
las viejas utopías
y las nuevas rebeliones.


Huele a agonía fragmentada,
a nota a pie de página,
a lucha y a derrota
contra la vida, contra la muerte
y contra uno mismo.


Huele a tierra húmeda
y a asfalto limpio,
a lágrima que brilla
bajo una lluvia para la que
la palabra, el verso, sobran.


Huele a septiembre maldito,
a puerto silencioso,
a punto de no retorno
desde el que discernir la alborada
que se opone al olvido.