lunes, 15 de junio de 2020

Itaca: Emergencia sonora.



El sábado 14 de Marzo estaba prevista la presentación en Itaca del número tres de la revista “el vuelo del flamenco”. 

La ya consabida respuesta al COVID-19 lo impidió. Pero lo que no impidió fue que, de manera telemática, EL VUELO DEL FLAMENCO colaborara en este proyecto, dando forma al fancine poético que acompaña al álbum colaborativo solidario que reúne buena parte de la música que ha podido escucharse en Itaca en estos últimos años.

De la revista, que recuerda a nuestro compañero y amigo Lázaro Díaz, recientemente fallecido; extraigo este poema. 

'Emrgencia Sonora: Ítaca' aún puede adquirirse (desde 2€) en  cooperativaitaca.bandcamp.com


Recorto febriles titulares
en periódicos deshilvanados

y los guardo en sobres,
con sello,
para ser enviados
a manos que aspiran a
componer la melodía silenciosa
de la comisura
del verbo
y la pupila.

Atravieso
puertas adentro
las fronteras
del tiempo y la distancia,
alargando los brazos
hacia las esquinas,
esbozando miradas
que aspiran a quedarse
en el acontecer temprano
de las pequeñas complicidades.

Devengo extranjero de mi mismo
para poder nombarme y
reconocerme
en el eco de las sílabas
y en el cómputo de
los cuerpos celestes
que quedan
fotografiados
en tu piel.

Y migro,
al fin,
al fondo de una cama
que espera
a los últimos días
de la humanidad
para ser
realmente
ocupada.

domingo, 3 de mayo de 2020

Acróstico

Estrello mis papeles contra un muro y
levanto una frontera con la vida.

Visiono fotogramas avejentados
unidos con cicatrices de acetona 
enredados en el óxido de las bovinas
llorando ascuas apagadas en la noche
oscureciendo un movimiento ya sin tiempo.

Detono la rabia contenida y rompo
el silencio obligado de la impotencia,
la contención serena de la esperanza.

Flota ondulando charcos
la borrosa sombra de mi cuerpo
amputada de mi andar y 
mi presente,
enajenada de los proyectos de los días,
negándose a avanzar tras de mis pasos
con la insolencia y la amargura,
obcecadas, de quien sabe que nada será igual. 

miércoles, 29 de abril de 2020

Luz


Sea la hora que sea,
al disponerme a dormir,
abro un libro
-ensayo, novela, relato, poesía,
da igual...-
y empiezo a leer
con la voluntad 
clara
y manifiesta
de dejar la lectura
a medias.

Sabemos desde casi siempre 
que es la mejor manera
de contar las noches
por miles
y de alejar 
la muerte.

Aún así
y por si acaso,
cuando cierro el libro
dejo encendido
el hemisferio sur
de una luz de sal
para llamarme a mí
mismo
si al final me quedo
demasiado
dormido.

viernes, 24 de abril de 2020

Infancia


Yo soy la infancia
sin infancia,
la niñez sin territorio,
siempre la habitación
otra,
las paredes en blanco,
los libros y juguetes
en cajas,
la lengua extraña,
el sol distinto,
el nuevo camino
hacia el colegio nuevo.

Soy el hola y el adiós,
la cara pegada
a la ventanilla de coche,
los ojos llorosos
y los ojos abiertos,
la queja y la boca
quieta,
el corazón impotente.

Pero también soy
la infancia de la infancia.
La de la mano enorme
en torno a mis mano chica,
la de la foto tierna y ridícula
sobre la cama en blanco y
negro,
la de la torpeza de los pasos,
la de las heridas en todas
las aristas imaginables
del cuerpo.

La infancia del mundo visto
a hombros,
de la arena que
quema y de la crema
en la nariz,
del pan tumaca y el ongi etorri,
de las calles
de todos los colores 
grises,
de todos los colores 
blancos,
de todos los colores 
luz,
de todos los colores 
lluvia,
de todos los colores 
día,
de todos los colores 
noche.

La infancia del llanto nuevo
y del llanto viejo,
del susurrro en la ausencia
aún presente,
de la risa y el
soplido que vuela sueños
en velas sin barco,
de la portería inmensa,
la canasta lejana,
la maratón en una callejuela
sin salida.

La infancia del tiempo antes
del tiempo.



En mí sobrevive un niño
sin más patria que el
afecto.


jueves, 23 de abril de 2020

EX-LIBRIS

 
 Hace unos meses se me ocurrió rescatar cuatro poemas que desde hace ya tiempo permanecían olvidados en un proyecto inacabado y maquetarlos de manera que un sólo folio se convirtiera en una pequeña plaquette que recogiera también una muestra de mi trabajo con tinta china.

De cien en cien llegué a las dosmilquinientas copias repartidas por establecimientos comerciales, espacios culturales, centros educativos,... de Cartagena, sobre todo, pero también de Murcia, Mazarrón,Yecla y Lavapiés.
Este es su reflejo virtual
.




ESCRIBIR

Yo querría co-escribir dos nuevas biografías
meciéndome en el vientre
de tu risa.

Y sendos libros de viajes
con las rutas de la piel
como protagonistas.

Y toda una geografía
de miradas
y caricias.

Y un manual para aprender
a no hacer frente
a las humedades.

Y un ensayo sobre el error
de no atreverse a errar.

O por lo menos algunas palabras breves,
sueltas,
incluso deslabazadas,...
para que nunca falte la adecuada
aún a riesgo de la incorrecta.



VESTIGIO

La huella de tu ausencia
se compila
en un libro de susurros
que en vano
intentan
cartografiar los sueños...

Impotentes, tornan
pesadillas
empeñadas en
detener
el tiempo que resta
y convertir cada mañana
en un mar
de pájaros muertos.





HORIZONTE

La tuya es una biblioteca
de amaneceres
y puestas de sol
sobre un paisaje árido
lleno de vida.

Enséñame a leer entre líneas,
a perderme entre las piedras,
a sentarme,
a meter los pies en el agua,
a pasar los dedos por la piel de las
ideas,
de las sensaciones,
de los anhelos.

Déjame anotarme al margen de tus
días
o quédate en mi cuaderno de notas.
 
 
 
 
AÚN

Necesito leerme despacio.
Perderme,
taciturno,
entre la noche de la memoria
y el alba de las dudas.
Como si pudiera regresar
de la muerte
o fabricar con mis entrañas una
barricada
desde la que enfrentarme al
tiempo.
Como si pudiera remodelar esos
sueños
que, escuálidos,
oscilan
como la luz de una luciérnaga
entre flores
apagadas.
Caminar,
absorto,...

...como si fuera posible.







sábado, 18 de abril de 2020

Adiós

 
La última vez que recité fuera 
de estas cuadro paredes, 
fue en el Grito de Mujer 
del pasado mes de Marzo, 
en Murcia.

Con este mismo poema 
abrí mi intervención 
en los directos de #recitoencasa, 
en Instagram.

Deseando recitar en la calle.



Fotografía de Belén Rosa de Gea.

El aseo y la cocina,
como siempre,
impolutos… 
         cada cosa
          en su lugar.

En el salón, 
         no,
todo limpio y ordenado
salvo el teléfono
desenchufado de la pared.

La cama hecha y,
sobre la colcha,
la doblez de aquellas sábanas naranjas
que tanto
le gustaban 
         a ella.

Los cojines,
en su sitio,
pero la vieja mecedora
vacía. 
         La muñeca
          de porcelana
          que tantos años
          la había vigilado
          ocupaba
          en el altillo
          el lugar
          de la maleta.

Las llaves sobre el aparador
como si aún
estuviera
dentro
         pero la puerta
         abierta
         de par en par.

En la vorágine de la calle,
un deseo…

Ser,
mañana, 
         ya hoy,
         un nombre,
         no un número.

 






sábado, 4 de abril de 2020

5% de batería. Cargue el móvil.


Se ha ido la luz en todo el edificio, en el de al lado, en el del frente,… y, por las voces que se oyen desde ventanas que no veo, parece ser que en todo el barrio…
Confinados y a oscuras…
O casi…
Está la tenue luz de unas velas, la intensa de las personas que te quieren desde el otro lado del móvil y la, a veces oscura, memoria de otras luces y oscuridades.

Como el recuerdo de esa modalidad de tortura que resulta casi imposible de explicar a quienes no la han vivido: La luz permanentemente encendida, iluminando constantemente una celda, haciendo eterna la noche… o la más absoluta oscuridad que borra las horas… o los días que siguen después y que dejan de tener nombre para tener sólo obligaciones…
Un mundo de espacios minúsculos en los que la más grande insolencia -inventarse una nueva temporalidad y seguir adelante- ocupa un lugar enorme.

No, este encierro, confinamiento o cuarentena, como quiera que se le quiera llamar, no es, como a veces se oye o se lee, una cárcel… por mucho que notemos la privación de la libertad de movimientos…
Nuestras casas, al menos las de la inmensa mayoría de la población, en nada se parecen a una celda. Nuestro ritmo de vida nada tiene que ver con la Ley Orgánica General Penitenciaria ni con el Reglamento Penitenciario, ni con el día a día de las prisiones de Sangonera o de Campos del Río.
Por mucho que nuestros pasos se reduzcan no se reducen tanto. Mi ordenador se ha apagado, pero mañana seguro que lo puedo encender, las velas le dan a este escribir un toque romántico y al móvil le queda un poco de batería. Yo podré ir a por mis medicinas a la farmacia sin esperar a que llegue la hora de poder ir al patio. Decidiré qué y a qué hora desayuno, como y ceno. Me despertará en la noche un mal sueño o, mejor aún, un deseo; no un recuento.

No, esto no es una cárcel… por la misma regla de tres que esto no es una guerra.
Habrá que ver porqué se ha instalado tan fácilmente en nuestro lenguaje común esta terminología talegera y bélica; habrá que ver cómo se han instalado, si es que no estaba, esos elementos de las sociedades del control y la delación que parecían cosa del pasado; habrá que ver si la facilidad con la que renunciamos a buena parte de nuestros derechos es un ejemplo de ciudadanía o, precisamente, de ausencia de conciencia ciudadana,…

Pero eso será mañana… Porque siempre hay un mañana luminoso…

La cuestión es si la luz merma la memoria.

jueves, 2 de abril de 2020

EL VUELO DEL FLAMENCO ABRE BALCONES DE POESÍA

A través de las redes sociales distribuirá videos domésticos en el que poetas de dentro y fuera de la región recitan desde su confinamiento, bajo el título de “Se lo digo al viento...”



La revista cultural “el vuelo del flamenco” ha empezado a usar su perfil en las redes sociales para abrir balcones de poesía que ayuden a hacer del confinamiento doméstico algo más llevadero.
Bajo el título “Se lo digo al viento…” está compilando las voces de escritoras y escritores tanto de la región como de otras comunidades autónomas y ciudades de otros países, que se grabarán en videos desde sus respectivos domicilios y tejerán una red de intervenciones, desde la poesía a la música, pasando por el relato breve o la prosa poética; reivindicando la importancia de la cultura en situaciones como la presente.

Todas estas colaboraciones tienen un primer espacio en el perfil de Facebook de la publicación ( https://www.facebook.com/elvuelodelflamenco/ ) y posteriormente quedarán reflejados en el canal de YouTube de la misma ( https://www.youtube.com/channel/UCmZyJQfd4p0XYgUtS8tQcTA ).


“el vuelo del flamenco” es una revista de periodicidad anual, nacida en la diputación cartagenera de Santa Lucía, pero cuya distribución excede las fronteras de la región y del país, contando con colaboraciones de Mexico, Ecuador, Francia, Italia, Grecia, además de diferentes poblaciones de las distintas comunidades autónomas del país.


Lazaro Díaz, Charo Serrano y Carlos Olmo, que encabezan su equipo editorial, ya han dado pie a esta iniciativa subiendo los primeros videos a los que ya se están sumando otros, tanto poéticos como musicales de diferentes puntos de la región y del país, incluyendo voces sin rostro como "la voz en off de La Mar de Músicas". 



viernes, 28 de junio de 2019

Ayer mañana.

Todo es tiempo.
Tiempo que necrosa los huesos
como corroe el yeso,
destruyendo de dentro a fuera los pasos,
degradando la eternidad de los dedos.


Todo es tiempo.
Saturno devora a Cronos y,
con él, cualquier atisbo
de caricia.


No. No era este el presente
al que apenas ayer
aspirábamos.