viernes, 25 de junio de 2010

Nuestras fotografías...

En los discos duros de nuestros ordenadores, o deambulando a saber en qué rincón del ciber-espacio, nuestras fotografías no irán cambiando de color, sus esquinas no se doblarán,... Tal vez desaparezcan de repente o se escondan para siempre; pero ni el tiempo ni los accidentes las mancharán o rasgarán...
Para eso están las paredes, las carteras, los portafotos, los álbumes e incluso las páginas de los libros...
... para que envejezcan nuestro recuerdo y nuestro reflejo...

domingo, 20 de junio de 2010

Perderme en la desordenada geografía de tus pecas...

Perderme en la desordenada geografía de tus pecas
buscando
como sin querer
todas las rutas posibles,
los diferentes caminos…

Besar tu nariz.
Adivinar tus pezones.
Pasear con mi lengua entre los dedos
de tus pies.

Hacerte sonreír
con una caricia
allí
o acá.

Inventar un verso
antes de entrar en ti.

Dejar que me muerdas,
me arañes,
me separes,
me atrapes,
me empujes,
me agarres,…

Dejar que me rompas en mil pedazos,
me abandones violentamente,
me acaricies,
me beses,…

Y volver a perderme en la desordenada geografía de tus pecas,
lentamente,
sudoroso,
beso a beso,
deslizando mis torpes dedos,
sobre tu piel…

sábado, 12 de junio de 2010

Ojalá me permitieras...

Ojalá me permitieras
recorrer
tus cicatrices.
Perderme en ellas
aún a riesgo de naufragar,
de no encontrarte,
ni encontrarme...
Ojalá me permitieras
acariciarlas.
No para aliviar el dolor
ni para hacer más soportable el
recuerdo.
Si acaso para
compartirlos.
Pero sobre todo para
tener
la posibilidad
de encontrarme con tu mirada
cuando me atraviesa
ignorándome
y se fija
en horizontes
borrosos.

miércoles, 9 de junio de 2010

Quizá por que me morí ayer...

Quizá por que me morí ayer
mientras Lou Reed cantaba,
sin darme tiempo a escuchar a Patti Smith,
antes de que la botella de ginebra
vacía
rodara de la mesilla al suelo,...
... quizá por que volví a morir
hoy me siento
asquerosamente
inmortal.