jueves, 23 de noviembre de 2017

Un poema en el bolsillo.

 
Ya soy lo que nunca hubiera querido ser:

La sombra difuminada en la memoria,
el eco de un bastón sin pasos al lado,
la palabra inútil, la mirada ciega,
la presencia molesta que se soporta
por compasión y con cansancio.

Cercano ya a los nadies y a la nada,
un horizonte que se pierde en el pasado,
vacío que se replica en el silencio,
charco de indiferencia y de barro
que crece con la lágrima escondida.

Madera en la que se mutilaron los sueños,
exilio de las caricias y de los besos,
el kilómetro que crece sin camino,
esa tumba abierta llena del recuerdo
de versos desentrañados a media noche.

Ya soy, de nuevo, 
lo que nunca hubiera querido ser.








Quizá soy yo quien debiera
darme una segunda oportunidad.


miércoles, 1 de noviembre de 2017

A Juan Navarro, Ión Negativo.





Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Césare Pavese. 
Era la roca negra
y la blanca superficie
sobre la que
dibujamos
con nuestros cuerpos.

Era la mente abierta
y el cerebro roto
en mil pedazos.

Buscando en la basura de los otros
enseres de ayer,
fragmentos de olvido,
volvimos una y otra vez sobre nuestros pasos
para alumbrar otros futuros.

Después el tiempo.

Quise aprender el idioma perdido de las flores.
Ahora ya no sabría extraviarme en los viejos parajes,

ni interpretar tu maravillosa cartografía.

Dejo atrás los riscos
y los valles
y me asomo al puerto
con mirada de profundidad
y adiós.

Sólo tus ojos
detienen el mar. 


Foto de Javier Lorente.
Juan Navarro y un servidor en plena "acción imprevista", Blanca, diciembre de 2013.