martes, 4 de diciembre de 2012

Aspirar al vuelo.



Las lentas palas de un ventilador
van gimiendo en el techo
arrastrando el peso del tiempo
y el polvo
acumulado en su lomo y su bies,
como si trataran de advertirme
que no puedo reducirme a girar
sobre la misma preocupación;
que cualquier solución a cualquier problema
pasa
por ensayar nuevos movimientos,
por dejar a trás la rotación mecánica y constante
del conformismo, la rutina,
el miedo
o el bloqueo mental;
por romper los muros
y aspirar
al vuelo.

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