Para
mí es siempre un placer volver a un lugar en el que me siento como
en casa, sea para acodarme en ese trozo de barra que creo aún
conserva la forma de mi antebrazo; para saludar y mantener una
conversación entre amigos; para asistir a algún evento o, como
ahora, para subir a esta tarima mágica y ponerme delante de un
micrófono.
Cuando
Perico me planteó hacer un recorrido por la vertiente socio-política
de este lugar, cuyo aniversario celebramos, la verdad es que no me lo
pensé. Aunque cuando cogí el coche para volver a Cartagena ya me
estaba arrepintiendo.
Son,
se dice pronto, 25 años. Para algunos, aunque sea por poco, más de
media vida. Y son tantas cosas, tantos instantes, tantas
historias,... imposibles además de condensar en una intervención
breve ni de detener en una foto fija. No es tarea fácil plasmar esta
mirada al ayer y al hoy de esta cafetería.
Pero
sí que es verdad que un día como hoy merecía que recordáramos que
este ha sido y es, entre otras muchas cosas, un espacio de rebeldías.
También
es cierto que estas mesas y esos taburetes han sido testigos de
muchísimas más cosas: Exposiciones, recitales de poesía,
presentaciones de libros o revistas, conciertos, micros abiertos,
talleres,...
Esa
máquina de café ha velado con su ruido por la intimidad de no pocas
conversaciones. Algunos rincones han protegido besos clandestinos. Y
hay quien ha encontrado aquí el amor de su vida (en algunos casos,
más de una vez).
Pero
no deberíamos olvidar que, al margen de nuestras historias
personales y de los momentos de ocio y diversión que hayamos podido
disfrutar aquí; esta Itaca ha sido y es un punto de referencia en el
quehacer de los nuevos movimientos sociales y las formas alternativas
de entender lo político.
Si
esto fuera un artículo en condiciones, podría llevar por título
una idea del propio Perico: “De la insumisión a las vías”.
Obviamente en el cuerpo de ese texto habría que explicar mucho de lo
que el título no recoge; pero tiene a su favor que transmite algo de
lo que estas paredes se han empapado: Inconformismo, insolencia,
desobediencia, participación, afán de justicia, deseo de cambio,
ánimo transformador,...
No es que Itaca haya
sido el epicentro de todas las dinámicas alternativas y
transgresoras de los últimos veinte y cinco años; pero sí que ha
sido un testigo excepcional de buena parte de ellas, además de un
lugar de difusión y transmisión de la contra-información y un
altavoz de un sin número de propuestas y reivindicaciones.
También ha sufrido en
sus carnes los ciclos, vaivenes y altibajos que sufren todas esas
iniciativas ciudadanas. Ha atisbado horizontes desde la cresta de la
ola y se ha dolido del golpe cuando esta ha roto contra las rocas.
Sería un trabajo
inmenso rememorar las ruedas de prensa que se han realizado aquí,
más o menos donde estoy, con el vuelo de este búho que observa
desde el mosaico palabras y argumentos.
Cuántas octavillas y
panfletos han poblado esta o aquella mesa; cuántos carteles las
columnas interiores o la doble puerta; cuántas revistas la barra o
las lejas;...
Aquí se han distribuído
clásicos de la prensa alternativa como 'El ecologista', 'Sale el...
Arcoiris', 'Mundo Obrero', 'Nuestra Bandera', 'Viento Sur',
'Info-liberación' o 'Página Abierta' por citar, de forma injusta,
sólo algunas cabeceras.
Estos
cristales han visto cómo algunas convocatorias pasaron de estar
firmadas por La Garba Ecologista para serlo por Ecologistas en
Acción. Y antes de que las mareas lo iluminaran todo con sus
colores, ya había una corriente alterna en un sentido y otro de esas
puertas.
En esos pasados,
cercanos a los inicios de lo que quiso también ser librerías además
de cafetería, quedaron las viejas siglas de lo que dió en llamar
'la vieja extrema izquierda'. Y había un cartel, en lo que hoy es el
rincón de los juegos, que en italiano recordaba que eramos -somos y
sois- la juventud rebelde y combativa.
Para qué negarlo. Itaca
ha sido testigo a veces de discusiones monumentales, sectarismos
extremos, prepotencias de uno y otro signo,...
Pero también de todo lo
contrario, uniendo a personas de muy diferentes criterios en debates
saludables.
De hecho este ha sido y
es un rincón acojedor y de acojida, un espacio solidario, una isla
de cariño,... donde pueden sentarse las bases de eso tan difícil a
veces como es la confianza.
Y si se trae a colación
aquí, entre medias, es para subrayar el recuerdo del eco y la ayuda
que aquí encontraron las voces de socorro y denuncia de muchas,
muchísimas personas, que han atravesado desiertos, mares,
oceános,... para preservar, por un lado, la vida; pero, sobre todo,
la dignidad.
Y vuelvo a ser injusto
recordando sólo algunos nombres, sea el Comité de Solidaridad con
América Latina, en la lejanía de los años; SOS Racismo o el
Círculo de Silencio, más recientemente.
Aquí se ha generado un
clima abierto e incluso seguro para romper muchos tabúes; acogiendo
desde feminismos radicales y las organizaciones de defensa de los
derechos de gays y lesbianas; hasta la visibilización de la
bisexualidad que rompía , por ejemplo, los esquemas previos de
dichos movimientos. Por no hablar de la apertura plural de lo
identitario, más allá incluso de las perspectivas trans o las
teorías queer.
Y
rompiendo lógicas temporales; aquí se ha generado el calor humano
que ha hecho posible (ahí es nada) la celebración de fiestas
previas al ingreso en prisión de quienes un día decidimos que
nacimos para ser libres, no vasallos; que apostamos por culturas de
paz y que le negamos al Estado la potestad de imponer un impuesto de
sangre y carne con la mili.
El trabajo del MOC, Mili
KK o la Coordinadora Antimilitarista ya dejaban entrever entonces lo
difícil que es, en este mundo en que vivimos, hacer que una cultura
de la desobediencia se extienda.
Pero no es imposible.
Ahí están el 15 M o, atravesando el tiempo, la lucha por el
soterramiento de las vías y la defensa de una ciudad, simplemente,
humana.
Me dejo muchas cosas en
el tintero: Movimiento estudiantil, sindicalismos alternativos,
partidos,... Una indagación más exhaustiva requiere más de una
sóla voz y otro método.
Tampoco
hablo abiertamente de derrotas. Aunque hace tiempo que sabemos que
“la revolución es como la más bella historia de amor
(…) y todos los amores tienen un terrible enemigo: El tiempo”.
Pero estamos de
celebración, así que otro habrá de ser el momento para los
matices, las puntualizaciones y una mirada más crítica y
autocrítica.
Añadir una idea
necesaria: Si Itaca ha sido y es un espacio de rebeldías; es y debe
ser un espacio de memoria.
Para que no olvidemos.
Ubicar nuestra historia
en un relato plural puede ayudarnos a afrontar muchos de los retos
que hoy tenemos.
Para terminar; es
imposible hacer memoria de todos estos años y reivindicar dicha
memoria para hoy, para mañana y para pasado mañana, sin recordar
que no estamos todas y todos; que en este cuarto de siglo, desde el
comienzo de esta andadura y hasta antes de ayer mismo, hay peraonas a
las que quisimos y queremos que hoy habitan en nuestros recuerdos.
A ellas un brindis
especial y una promesa: La de seguir haciendo de cada lágrima el
espejo de un mundo mejor.
Vayámonos más al
pasado para entresacar algunos versos de aquella 'Milonga del
Fusilado':
“Mi
tumba no anden buscando
porque
no la encontrarán.
Mis
manos son las que van
en
otras manos tirando.
(…)
Y
sepan que sólo muero
si
ustedes van aflojando”.
No aflojar.
O, lo que es lo mismo,
seguir; más que resistir.
Seguir para que no caigan
en el olvido ni personas, ni ideas,... ni lugares.
Y, en ese sentido,
culmino con una referencia a esta casa:
Vivo en una ciudad en la
que me muevo con personas que laboran por extender iniciativas
sociales y culturales de todo tipo. Y en algunos círculo se repite
una idea: “Si tuviéramos aquí un Itaca”.
No se valora lo que se
tiene hasta que se pierde. No lo perdamos.
Lo dicho: No aflojar.
Seguir.
Nos vemos en Itaca.
2 comentarios:
Gracias, guapetón!!!!!
Cuántas luchas y cuántas ilusiones han salido de ahí. Enhorabuena. Saludos.
Publicar un comentario