viernes, 21 de mayo de 2010

Como un oso de peluche.

Como un oso de peluche
desgastado
ya
por el roce.
Demasiado grande
ya
para tu cama,
para tu habitación,
incluso para el cuarto de los trastos.
Con los brazos
siempre
abiertos
esperando
algo más
que un abrazo.
Como un oso de peluche.

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