Vengo de una tierra que ya no existe.
Las ideas
y los sentimientos
dieron lugar a noches largas.
Las palabras,
nerviosas,
se confundieron y multiplicaron
incapaces
de expresar un sencillo
gesto.
Caigo,
sin remedio,
al vacío;
en cuanto apago la luz
...
salvo cuando en la penumbra encuentro un abrazo.
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