miércoles, 29 de abril de 2020

Luz


Sea la hora que sea,
al disponerme a dormir,
abro un libro
-ensayo, novela, relato, poesía,
da igual...-
y empiezo a leer
con la voluntad 
clara
y manifiesta
de dejar la lectura
a medias.

Sabemos desde casi siempre 
que es la mejor manera
de contar las noches
por miles
y de alejar 
la muerte.

Aún así
y por si acaso,
cuando cierro el libro
dejo encendido
el hemisferio sur
de una luz de sal
para llamarme a mí
mismo
si al final me quedo
demasiado
dormido.

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