jueves, 1 de noviembre de 2012

Busco el triunfo en cada fracaso.

Busco el triunfo en cada fracaso
por que me he empeñado en el más difícil todavía.
Y no, no es un cuadruple salto mortal.
Ya he renunciado a los focos.
Lo mío se reduce a extender y asegurar la red,
a la tramoya,
a lo que no se ve ni se aprecia.
Y es que son pocas las personas que caen en la cuenta
de que no hay red para quien instala la red.

martes, 23 de octubre de 2012

Almacen de la memoria.

Repongo constantemente las lejas del almacen de la memoria
con el recuerdo de los besos, las caricias, las sonrisas y las
miradas;
para estar preparado cara a esos instantes en que la sensación de
                                                                   [haber llegado al límite
pretende derribarme.
Con ese acopio de fuerzas
puedo enfrentarme a la derrota
y empeñarme en superar los límites
y las limitaciones...

Sobre todo aquellas que la parte ingobernable de mi cerebro
se empeña en cruzar en mis caminos,
intentando sabotear la vivencia de la felicidad.
Cultivo la voluntad
de poder ir más allá.
Es una agricultura que requiere cualquier cosa menos
ansiedad
y obsesión.
Precisa de una técnica compleja.
Y muchas veces no permite el barbecho.
Pero he de dejarme las manos en la tierra;
me va la vida en ello.

lunes, 22 de octubre de 2012

No hay más posibilidades.


No hay más posibilidades.
Mi apuesta por el presente
y por el futuro
pasa por destruirme
para volver a construirme.
No hay vuelta de hoja;
ya llego tarde y he cruzado
umbrales de irreversibilidad.
Sólo me queda reinventarme
conforme invento caminos.

Y en esa labor,
quizá,
sobre la palabra adornada.
E incluso la palabra sin más.
Lo que toca ahora es el silencio de la voz
y el estruendo de los hechos.

viernes, 12 de octubre de 2012

(...) como una isla.


(...)
como una isla
en la que sobrevivir
naufragio tras naufragio,
a la que me aferro
con la candidez de los pequeños detalles
y la intensidad de los más profundos redescubrimientos.
Me recorro recorriéndola
de dentro a fuera,
de fuera adentro;

y me abrazo a su geografía
como si la arena al viento pudiera quedarse quieta un instante.
Viajo a su alrededor
reconociéndome en la espuma de las olas
que me alejan de los continentes.
Sonrío felíz
sabiéndome perdido.

jueves, 11 de octubre de 2012

En no pocas ocasiones...

En no pocas ocasiones
soy yo mismo el que se coloca
entre el bolígrafo y la pared.
Es como si mis neuronas se empeñaran sólo
en idear espacios sin salidas;
texituras que parecen obligar siempre
a tomar decisiones traumáticas,
pero que no existen más que en la imaginación.

La realidad es mucho más sencilla.
Quizá ahí resida su complejidad.

martes, 2 de octubre de 2012

Abstracción.

La expresividad
y la abstracción humanizada
del mural que con tus dedos
esbozas
sobre mi cuerpo desnudo,
me otorga una textura
absorvente,
penetrante,
profúndamente ilusionada;
como un retrato en el que se perpetúa
la voluntad de vivirme y de vivirte.

martes, 18 de septiembre de 2012

Entre los pliegues...

Entre los pliegues de las ficciones
con que mi cabeza a veces se engaña
y otras se atormenta
busco rescoldos que me permitan aprender
a convivir
con la incertidumbre.
De entre ellos surge una poesía que aspira al vuelo
sin dejar de aferrarse al suelo.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Como en un monólogo...

Como en un monólogo interminable
cuanto escribo cae en el vacío
descarnándose;
como si todo estuviese dicho de antemano,
como si no se le pudiera dar otra tonalidad
a lo mil veces repetido,
como si se hubiese agotado el manantial
del que surgían
reordenándose
vocales y consonantes,

susurros y gemidos...

Pese a todo
sonrío.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Si no fuera...


Si no fuera por que se me ve escribiendo en un cuaderno
o en servilletas de papel
y que a todas luces parezco
un poeta despeinado;
la gente acostumbrada al cine comercial americano
me confundiría con un matón a sueldo.
Grandote,
solitario,
con una mirada que parece perdida
pero que parece captarlo todo,

serio,
lento,...
con esa lentitud que antecede al estruendo fugaz.
Pero lo único que tengo de francotirador son mis palabras.
Y lo único que tengo de asesino son mis silencios.