Tiempo que necrosa los huesos
como corroe el yeso,
destruyendo de dentro a fuera los pasos,
degradando la eternidad de los dedos.
Todo es tiempo.
Saturno devora a Cronos y,
con él, cualquier atisbo
de caricia.
No. No era este el presente
al que apenas ayer
aspirábamos.
Saturno devora a Cronos y,
con él, cualquier atisbo
de caricia.
No. No era este el presente
al que apenas ayer
aspirábamos.
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