En silencio
miro hipnotizado
cómo la luz de la mañana
entra por la ventana
y recorre lentamente tu cuerpo
desnudo
iluminando
el deseo
y el miedo a que te despierte el paseo
de las yemas
de mis dedos
sobre las sombras
de tu piel.
Me abrazo
a tu respiración
para aferrarme a los mejores
posibles
mañanas
y alejar los fantasmas
de la distancia
y el tiempo.
Mi mirada
se hace labio
para desterrar las dudas...
y se humedece imaginando
jornadas
con plenilunios de risas
o mareas de caricias...
Inundación de sensaciones
que arrastre mi sudor
y mi tristeza.
Tras el desierto de la noche
el oasis de tus ojos...
En el silencio
te miro
agradecido por el sueño...
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