Y si de repente
te puede
la necesidad de no
avanzar,
de no
despertar
aunque no haya
sueños
en el sueño;
la necesidad de
parar,
de
descansar
disolviéndote
en la nada;
la necesidad de no
pensar,
no respirar...
como si esa fuera la
única posibilidad
de diluir
las soledades;
como si esa fuera la
única posibilidad
de no llorar
los pasados,
de no llorar
las miradas y
las lágrimas
que taladran la
memoria...
Y si de repente
te puede
la necesidad de
borrarte,
de
desaparecer
tras un
tachón
violento y
obsesivo...
Entonces...
¿Qué?
(...)
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