Tengo una colección de mapas
de mi interior
relativamente grande;
pero desordenada,
fragmentada,
con ejemplares repetidos
o pésimamente conservados.
Algunos encuentran
acomodo
en manos tiernas
que dejan de ser ajenas
con el tacto.
Entonces me repito la necesidad de intentar
no repetir el repetido
error
de arrinconar mis cartografías
en el más recóndito
cajón
de una librería
de viejo.
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